Santo, Santo, Santo Señor
Dios Todopoderoso, por todos los siglos
Porque fuiste, eres, y serás para siempre.
El Rey, sentado, en su Trono.
En el evangelio de Juan podemos leer la historia de un hombre que llevaba muchos años enfermo. Este hombre estaba recostado junto al estanque de Betesda, y esperaba recibir algún día un milagro que le sanase de su enfermedad.
“Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?” (Juan 5:6). Sigue leyendo «DALE CARTA BLANCA AL SEÑOR»