¿Sabías que formas parte del grupo de “gente feliz” de este mundo?
“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29).
¿Te acuerdas de Tomás? Él necesitó pruebas para creer que Jesús había realmente resucitado. Sin embargo, Jesús dijo que son bienaventurados, felices aquellos que deciden creer.
¡Sí, querido(a) amigo(a), Jesús te llama “feliz” porque has creído sin haberle visto! Esta fe que cree en lo invisible tiene un gran valor ante los ojos de Dios:
- Tu fe es preciosa para Él, más que el oro refinado, porque sabe que has decidido creer cueste lo que cueste, poniendo a prueba tú misma fe (mira 1 Pedro 1:7).
- Tu fe es agradable a Dios. Sí, sin fe es imposible agradarle. Cuando decidimos creer, es para Él una bella demostración de nuestro amor por Él. Es por eso que Él te recompensa por ese acto de fe (mira Hebreos 11:6).
Por desgracia, tú y yo atravesamos a veces por turbulencia en nuestra vida. El miedo o la duda invaden en ocasiones nuestro espíritu frente a las dificultades que enfrentamos.
Puede que tengas claro en tu mente que el temor es lo contrario a la fe; sin embargo, sientes que es más fuerte que tú, y que no puedes hacer nada. ¡La inquietud te asalta y se te hace difícil creer sin ver!
Pero déjame decirte, querido(a) amigo(a), que Él te entiende: Jesús mismo estuvo angustiado por la cercanía de Su sacrificio en la cruz. Él conoce tus luchas, y no te acusa ni te condena, al contrario: Él quiere ayudarte a vencer esos temores, y a estar firme en la fe.
Te animo, pues, a que no temas poner toda tu confianza en Jesús. Él nunca te decepcionará, ni se equivocará jamás. ¿Acaso te ha abandonado o te ha decepcionado alguna vez?
Jesús está a tu lado, caminando contigo. ¡Persevera en ello! Y tu fe será recompensada.
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