Me imagino que haces regularmente pausas en tu día a día: una pausa para tomar el café, una pausa para el almuerzo… Estas pausas son necesarias para relajarse, recargar baterías y reencontrar la motivación.
Sin embargo, hay otro tipo de pausas que son cruciales, y de las que a menudo no somos ni siquiera conscientes: estas son las “pausas de amor”.
Seguramente te preguntarás: “¿Qué son esas “pausas de amor”?”. Al igual que tu cuerpo, tu espíritu también necesita descansar, necesita refrescarse y, sobre todo, necesita saberse amado.
¡Sí, las “pausas de amor” son las que te permiten de saborear el amor de Jesús por ti, querido(a) amigo(a)!
En cualquier momento del día, estés donde estés, puedes:
- Meditar sobre el amor que Jesús tiene por ti.
- Sentarte a Sus pies.
- Regocijarte en Su presencia.
Escucha Su voz llena de amor decirte: “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor” (Juan 15:9).
En medio del frenético ritmo de tu día a día, te animo a que propongas en tu corazón pararte unos segundos.¡Recibe el abrazo de Dios, mientras sientes cómo el precioso amor del Señor Jesús recorre tu interior!Relájate y sonríe, Dios te ama. ¡Él realmente te ama!
¿Quieres orar conmigo ahora? “Padre, enséñame a apartar cada día tiempo para estar en Tu presencia, y deleitarme en Tu amor. Ayúdame en este día para que pueda ser más consciente de Tu amor a cada instante. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”