El 22 de octubre del 1879, Thomas Edison inventó la luz eléctrica. Tras muchos ensayos infructuosos (algunos hablan de hasta 10.000), el inventor logró producir luz haciendo pasar corriente eléctrica a través de un filamento de carbono ubicado dentro de una ampolla de cristal.
Gracias a un hombre que estaba harto de alumbrarse con velas, hoy en día disfrutamos de un descubrimiento enorme.
Quizá ese concepto de “bombilla” podía sonar descabellado e irrealizable para los contemporáneos de Edison; sin embargo, él fue capaz de concretar su diseño. Fue tomando forma hasta hacerse una realidad, y hoy muchos se benefician de ese invento.
Recibir un sueño de parte de Dios para tu vida y llevarlo a cabo son dos etapas importantes.
Dios mismo nos habla de ello en su Palabra: “Yo anuncio el fin desde el principio; desde los tiempos antiguos, lo que está por venir. Yo digo: Mi propósito se cumplirá, y haré todo lo que deseo” (Isaías 46:10)
Dios imagina, visualiza el resultado final, y entonces empieza a crear. Cuando Dios te creó a Su imagen, puso igualmente en ti una parte de Su capacidad para imaginar y crear. Esta capacidad estimula la creatividad y la innovación puestas en ti por el mismo Dios Todopoderoso.
¿Has recibido alguna vez una idea inspirada del cielo, y, por uno u otro motivo, no has llegado a llevarla a cabo? Con el Espíritu y la capacidad de Dios en ti, puedes hacerlo. Dios te capacita para ello (mira 2 Corintios 3:5).
El querer y el hacer provienen de Él. La inspiración proviene de Él. ¡Sí, querido(a) amigo(a), solo Dios puede ayudarte a salvar los obstáculos, perseverar y cumplir ese sueño!
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