Descansar, descansar, descansar… Sí, todos necesitamos descansar de esta vida tan ajetreada y de las 50.000 cosas que tenemos que hacer, ¿no es cierto?
El reposo forma parte de los primeros mandamientos dados por Dios a su pueblo: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8).
Pero antes de ser un mandamiento, el reposo ya formaba parte de la Creación: “… y descansó el día séptimo de todo lo que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo…” (Génesis 2:2-3).
De esta manera el descanso, ya sea físico o mental, forma parte íntegra del plan divino.
Así como hay días consagrados al trabajo, hay días consagrados al reposo.
Déjame que te pregunte, querido(a) amigo(a): ¿Descansas suficientemente? ¿Consigues separar un tiempo aparte en la semana para descansar tanto tu cuerpo como tu corazón? Es necesario que tomes:
- Un tiempo para acallar tus inquietudes y centrarte en Dios, quien tiene cuidado de ti y de todo lo que te rodea.
- Un tiempo para consolidar tu relación con Él, y con tus seres queridos.
- Un tiempo para ponerte aparte y alabarle, y poner tu confianza en Él por encima de toda circunstancia.
Dios ha creado el reposo para nuestro bien, y para que todo vuelva a su justo lugar.
Por lo tanto, esta semana no olvides descansar en Él y con Él.