¿Has orado pidiendo algo grande y todavía parece que no has recibido nada significativo (al menos bajo tu punto de vista)?
Bill Johnson nos dice que “es frecuente que cuando le pedimos grandes cosas a Dios, Él responda a nuestras oraciones con una sencilla semilla. Dicho de otra manera, en vez de concedernos el roble que pedimos, nos da una bellota. Esto nos permite crecer al mismo tiempo que crece esa semilla en nuestras vidas”.