En el Salmo 1, Dios nos compara a un árbol plantado cerca de una corriente de agua.
“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará” (Salmo 1:3).
Esta corriente de agua es el frescor divino que viene a nuestra vida. Sin embargo, puede que en este día te sientas agobiado(a), seco(a), cansado(a) de la vida, vacío(a)…
¡Hoy, querido(a) amigo(a): tiempos de refrigerio vienen a tu vida de la parte del Señor, como torrentes de agua!
La Biblia habla de un río de agua viva que sale del trono de Dios (Ver Apocalipsis 22:1). Este río representa al Espíritu Santo, el cual quiere vertirse en tu vida, llenarla y rebosar también a través de ti, para bendecir también la vida de las personas que se encuentran a tu alrededor.
Mi oración es que seas lleno(a) del Espíritu Santo, de Su agua viva y de Su bendición: que haga de ti este árbol que no se marchita, siempre verde, que siempre lleva fruto, y que prospera en todo lo que hace.
¡Recibe Su vida en este día, querido(a) amigo(a)!