¿Hay alguna montaña que se esté levantando hoy delante ti? Una montaña de dificultades, de problemas, de relaciones rotas, de tristeza, de soledad, de enfermedad…
¡Hoy te propongo que muevas esa montaña! Jesús dijo: “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” (Marcos 11:23).
La primera clave de este milagro es Aférrate a sus Promesas. El poder confesar con nuestra boca la Palabra de Dios. Tenemos que hablar a esa montaña, como dice Jesús: “cualquiera que dijere a este monte…”. Sí, dile a esa montaña: “¡Vas a moverte, en el Nombre de Jesús te vas a ir a otra parte! Porque tengo fe en Dios y creo que Él va a actuar”. Declara igualmente las bondades de Dios en tu vida.
La segunda clave de este milagro reside en la fe. Como dice el pasaje a continuación: “y no dudare en su corazón, sino creeré… ” ¡No dudes sino cree, querido(a) amigo(a)! Tu fe en Dios es la clave que abre la puerta de lo milagroso.
Como dijo una vez uno de mis amigos: “¡Montaña, ponte tus zapatillas y comienza a correr, porque no quiero verte más aquí!”.
Tengo aún una buena noticia más para terminar. El “autor de la fe” es también el que “la lleva a la perfección” (ver Hebreos 12:2). ¡Querido(a) amigo(a), tu fe va a crecer y tu montaña va a moverse!