Como bien sabes, existen esencialmente dos tipos de barcos: los de motor y los de vela. Los de motor cuentan con su propia energía, y por lo general son ruidosos y contaminantes. Los de vela, por el contrario, necesitan el soplo del viento para poder avanzar.
Cuando Nicodemo tuvo su encuentro con Jesús (mira Juan 3:1-11), el Señor le reveló este secreto importante: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:8).
¿Avanzas en las fuerzas de Su Espíritu?
Tú decides qué quieres hacer: Confiar en tus propias fuerzas y sabiduría, o confiar en el Espíritu de Dios. Es tu decisión, pero, entre nosotros, confiar en el Espíritu de Dios es mucho mejor 🙂
Es posible hacer todo por medio de Él. Jesús dijo: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
Amigo(a) mío(a), créelo con todo tu corazón: ¡Todo lo puedes con Cristo que te fortalece! (Filipenses 4:13). Elige bien: No cuentes sobre tus propias fuerzas para avanzar, sino déjate llevar por el viento del Espíritu en tu día a día.
¡Sé bendecido(a)!